El fin de la Tierra Media

Dedicado a mi amigo Emiliano -Fëadîn el elfo austral-

Monday, April 07, 2008

FINAL: El fin de la Tierra Media: Capítulo 5: "Un nuevo comienzo"




FINAL

Y el "Día Nefasto" llegó a su fin. La sombra se desvaneció y en el mundo volvió a reinar la paz. Todos bailaban de alegría en la Isla de Tolfalas cuando llegaron a ellos las noticias y se prepararon para volver junto a sus familiares y seres queridos. Nunca el sol había brillado tanto en el firmamento como ese nuevo día.
Pero el amanecer también trajo tristeza, en Minas Tirith los soldados arrastraban los cuerpos de sus compañeros muertos en el Pellenor y más allá, para "El Gran Funeral" a celebrarse tres días después, donde se honraría a los caídos en la batalla. Los funerales durarían quince días con sus noches.
Los enfermos salían de las Casas de Curación para ver salir el sol nuevamente sobre el mundo, la primavera estaba llegando lentamente anunciando un nuevo comienzo.
Gimli y Legolas se encontraban mirando hacia Mordor en el último nivel de la ciudad. Estaban descansando de las arduas tareas que les habían encomendado, ayudar a los soldados a recuperar los cuerpos y a llevar a una gran pira a los orcos y bestias que iban a ser quemados esa misma noche. Y mientras miraban el horizonte lejano esperaban ver regresar a Aldariel, a Eldarion y a Fëadîn.
-¿Crees que estén vivos?- le preguntó Gimli.
-No lo sé amigo, puedo ver varias leguas al este pero todavía no hay ninguna señal de ellos. Quizás si Fëadîn sobrevivió podrá contarnos lo sucedido.
-Espero que todos estén bien- suspiró Gimli.
-Arwen está muy triste, ni la destrucción del Amo Oscuro pudo alegrarla.
-Aragorn estaba triste también, es mejor dejarlos solos hasta que ellos decidan volver a salir.

En Mordor todo seguía igual. El Orodruin aún escupía fuego de sus fauces, ahora más lentamente, como cantando un lamento a Morgoth. Thirwain se estaba encargando de las heridas de Fëadîn y Eldarion vendaba con un trozo de su capa negra la pierna lastimada de Aldariel.
-Tenemos que regresar- les dijo Thirwain- Fëadîn necesita más ayuda de la que yo puedo ofrecerle- y se marchó nuevamente al lado del elfo herido para que ellos pudieran conversar y decidir que iban a hacer de ahí en adelante.
-No voy a ir- dijo Aldariel firmemente- para todos yo morí el día que dejé Minas Tirith. Si vuelvo solo sufriría y tú lo sabes.
-Yo tampoco volveré entonces.
-No puedes hacer eso, tienes responsabilidades que asumir, nuestros padres deben estar muy preocupados por los dos. A ellos solamente les dirás que estoy viva, los demás no deben saberlo. Yo voy a irme a Farngorn a ver a mi padre y luego no sé que será de mí aún- le dijo a Eldarion tristemente.
-Voy a acceder solamente a algunas de tus demandas. No irás a Minas Tirith sino quieres, y nadie sabrá que estás viva salvo nuestros padres, yo voy a llevarte a Farngorn y luego de allí iré a Gondor. Tendré que estar allí un tiempo, pero el día del inicio de la primavera te encontraré en el lago a los pies de la antigua Annuminas, iré solo y me quedaré un tiempo allí contigo- le dijo Eldarion y la besó dulcemente. Aldariel no pudo hacer más que estar de acuerdo con él pero con un gran pesar en su corazón. Eldarion y ella ya no volverían a ser los mismos luego de enterarse que eran hermanos pero tampoco iban a poder vivir sin estar juntos.
Así que Aldariel y Eldarion salieron sin demora por el camino más corto a Farngorn mientras Thirwain y Fëadîn tuvieron Minas Tirith por destino, sus órdenes fueron no hablar de ellos con nadie salvo con sus padres. Se repartieron las provisiones que les quedaban y comenzaron la marcha. El caballo en el que habían viajado Thirwain y Fëadîn se había perdido y solo les restaba caminar.

Unos días pasaron, Legolas y Gimli todos los días subían al séptimo nivel a posar sus ojos en el este. Ese día vieron dos personas que se acercaban en la lejanía.
-Solo veo dos personas amigo Gimli, y las cuentas dicen que tres habían ido a Mordor, y quién sabe si alguien más.
-Eso significa que alguno de ellos ha muerto- dijo muy abatido el enano.
-No aventuremos nada aún, quizás tengamos buenas noticias.
Todos los soldados que quedaban en Minas Tirith fueron a las puertas cuando supieron que alguien se acercaba para rendirle grandes honores. Todos vestían sus respectivos uniformes, había soldados de Rohan, de Gondor, y de los principados del sur. Se acercaban a lo lejos dos hombres, y ambos estaban heridos. Fueron ayudados enseguida y recibidos con algarabía por el pueblo. Pero cuando les preguntaron lo que había ocurrido solo dijeron que iban a hablar con el Rey.

Fëadîn fue llevado a las Casas se Curación y Thirwain habló con Aragorn, la dama Arwen estaba a su lado sumida en una profunda tristeza. Nunca nadie la había visto tan triste, ni cuando había perdido a la pequeña Lúthien.
-Antes de comenzar a relatarles lo ocurrido, voy a comenzar por el final, Aldariel y Eldarion están bien, los dos se han marchado a Farngorn y Eldarion ya debe estar en camino hacia aquí.
Una alegría inmensa iluminó los rostros de Aragorn y Arwen y sintieron un gran alivio, como si les hubieran quitado un gran peso de sus hombros. Thirwain continuó:
-Los dos han pedido que nadie sepa aún que ellos están con vida. Al menos no hasta que Eldarion regrese, ahora yo voy a contarles lo que ocurrió.
-Espera, valiente Thirwain, sería una descortesía pedirte eso ahora, te ves muy cansado, deberías ir con Fëadîn a las Casas de Curación, ya habrá tiempo para historias, la mejor noticia ya nos la haz dado.
-Gracias, mi rey- dijo y se fue junto a su compañero de viaje. Aragorn lo acompañó para que no le hicieran preguntas. Luego volvió junto a Arwen y le dijo:
-No habrá noticias para los demás hasta que regrese Eldarion, respetaremos su decisión- y Arwen estuvo de acuerdo.

Dos días habían pasado desde que dejaran a Thirwain y a Fëadîn. El barco de Thirwain estaba en la otra orilla, era evidente que ellos lo habían utilizado para cruzar, así que tuvieron que caminar bastante hacia el norte para poder cruzar el Río Grande. No había nadie en esa región, la Tierra Media estaba desierta, solo había gente en Minas Tirith y en la Isla de Tolfalas. Cruzaron el río a nado y luego se volvieron hacia el sur. Mucho se habían desviado del camino así que tardaron varios días en llegar a Farngorn.
Todo el tiempo que habían compartido los había hecho muy felices, nada importaba, el frío, la lluvia ni el cansancio del camino. Eran libres, nadie sabía quienes eran, nadie los veía, nadie sabía que eran hermanos. Aldariel dejó de sentirse triste y Eldarion atesoró cada sonrisa de ella. Pero los días pasaban y el momento de la separación se acercaba. Hasta que llegaron a los lindes del bosque.
-Han pasado muchos días y fueron los más felices que alguna vez tendré- le dijo Aldariel, esta vez con los ojos llenos de lágrimas y otras que bordeaban sus pálidas mejillas.
-No, no lo serán, habrá muchos otros, Aldariel, porque no habrá herederos míos en el trono de Gondor, jamás me casaré. Los hijos de Ëarwen ocuparán ese lugar.
Pero la predicción de Eldarion no fue la correcta, al menos en parte.
-Pero como vamos a lograr vivir con esta culpa ¿podrás hacerlo Eldarion?
-La culpa no significa nada si la comparo con el dolor de estar lejos de ti.
Aldariel sonrió, se secó las lágrimas, y se despidió de Eldarion con un fuerte abrazo.
-Te esperaré en Annuminas. Y no me moveré de allí hasta que te vea otra vez.
Y un beso selló la promesa. El príncipe partió dejando a su princesa por un tiempo perdiéndose en la llanura, Aldariel lo vio alejarse y se internó en el bosque.
Grande fue la alegría de Bárbol cuando la vio junto al arroyo, porque creyó que jamás volvería a contemplar su bello rostro. Aldariel sonrió al verlo pero una gran tristeza se reflejaba en sus ojos claros.
-Padre, he vuelto- le dijo con su voz tan dulce como la miel.
-Pensé que no volvería a verte, pero me alegro de haberme equivocado, hija mía.

Todos en Minas Tirith estaban preocupados, desde que Fëadîn y Thirwain había llegado ninguna noticia les había sido revelada por órdenes del Rey. No se les permitía bajo ninguna circunstancia hacer preguntas a los recién llegados. Mientras tanto casi todos los que se habían exiliado en la Isla de Tolfalas habían vuelto a la ciudad.
-No entiendo por qué tenemos que esperar- dijo Pipin angustiado.
-¿Por qué no quieren decirnos que pasó con Aldariel?- preguntó Sam indignado.
-¿Les habrá pasado algo malo?- se preguntó Merry.
-¡No digas eso! Nada le pudo haber ocurrido, ella que era tan buena...
-Pero si eres tú el que ha dicho "era".
-Pero no quise decir que estuviera muerta, Merry- se enojó Sam.
En ese momento se escuchó un fuerte sonido proveniente de un cuerno. Los soldados de Gondor anunciaban la llegada de su capitán. Y todos se alegraron porque el sonido era de felicidad y anunciaba que Eldarion había escapado de la Sombra y había vuelto a Minas Tirith, él había derrotado al Amo Oscuro.
-¡Ha vuelto! ¡El príncipe ha vuelto!- saltó Pipin alegremente.
Pero ese día tampoco hubo noticias, Eldarion no había salido y estuvo con sus padres hasta el día siguiente.
Cuando el sol asomó sus rayos desde las tierras del lejano oriente, Eldarion habló a todo el pueblo:
-Pueblo de Gondor, ¡la sombra ha caído!
Todos aclamaron sus palabras y vociferaban con algarabía.
-Esta espada- dijo desenvainando la espada negra- fue la que pudo derrotar a Morgoth, pero nada hubiera podido hacer si Anduril no hubiera estado junto a ella.
En ese momento todos se preguntaron qué había ocurrido con Aldariel y temieron que ella no volviera jamás a Gondor.
-Aldariel... Lúthien, combatió junto a mí y junto a Fëadîn y Thirwain, sin los cuales no hubieramos podido lograrlo- dijo mirando con una sonrisa a sus compañeros de la batalla, ellos también le sonrieron agradecidos.
-Pero Lúthien ya no volverá a Minas Tirith, esa fue su decisión y debemos respetarla, porque gracias a ella vuelve a haber paz en el mundo y gracias a ella Morgoth desapareció para siempre.
Todos se entristecieron al escucharlo, Lúthien se había ganado el corazón de todos, y no podían imaginar que ella no volviera.
-Una nueva era de paz se incia hoy en Gondor, que den inicio las festividades.
Un gran banquete hubo ese día en el reino y todos fueron invitados. Hobbits, elfos, enanos y hombres honraron a Eldarion y brindaron por Aldariel.

Los días pasaron y la primavera no tardaría en llegar. Los árboles estaban felices y eso auguraba el inicio de días más soleados.
-Las flores despertarán pronto bella Aldariel.
-Lo sé, y hoy es el día que volveré a marcharme amado padre, pero no será para siempre.
-¿Dónde te llevarán tus pasos?
-Mi destino no puedo revelártelo, pero volveré- le dijo con una sonrisa y se dirigió hacia el norte, tenía un vestido verde con una capucha para protegerse de las miradas de los caminantes.
Y volvió a hacer el recorrido que hubiera hecho cuando dejara Farngorn por primera vez. Distinto era el camino ahora y mucho tiempo llevaría volver a reconstruir todo lo que el mal había destruido.
Aldariel llevó a Anduril para protegerse en el largo trayecto hacia Annuminas, pero a nadie encontró en los senderos sin demarcar, solo una persona se cruzó en su camino.
-¡Fëagûl!- se sorprendió Aldariel, pero a la vez se alegró mucho de verlo y lo abrazó con cariño.
-He venido a despedirme de ti- le dijo- mi tarea en este mundo ya está resuelta.
-¿A despedirte?- le dijo con tristeza.
-Así es, vine a agradecerte por todo y a pedirte disculpas nuevamente.
-Eso ya lo conversamos Fëagûl, no debes culparte más por lo que aconteció en el pasado. Los hilos del destino no los maneja un mago solamente- dijo sonriendo.
-Haz cambiado mucho desde la primera vez que te vi, Aldariel, y deseo que de ahora en más ya no haya sufrimientos en lo que te resta por vivir.
-Muchas gracias, Fëagûl. Deseo lo mismo para ti.
Y Fëagûl desapareció tan rápido como había aparecido, tanto que Aldariel no notó cuando se marchó.

Al fin luego de mucho caminar llegó a lo que en un tiempo fuera Annuminas, y era el momento del ocaso, el sol se ocultaba detrás de las montañas y sus rayos hacían brillar la superficie del lago. Ver las ruinas de la ciudad le trajo muchos recuerdos y se entristeció al verla así. Las imágenes de las blancas casitas se le aparecían en sus pensamientos y lloró al recordarlas. Se dirigió a los pies del lago y cantó una bella canción:


¿Por qué Anar te ocultas a mi llegada?
La noche no tardará en mostrar su negro velo
y las estrellas esperan con ansias...

¿Por qué tus rayos dejan la Tierra?
¿Será porque Isil la bella
espera derramar su rocío cristalino
en las aguas terrenas?

¿Por qué huyes al oeste?
¡No me abandones bella luz del día!
espera que llegue mi amante
para no quedarme sola en esta noche fría...

Y su voz no se perdió sola en el firmamento porque allí estaba Eldarion escuchándola.
-Te estuve esperando- le dijo sonriendo. Tenía un atuendo blanco y parecía irradiar una tenue luz. Aldariel se quitó la capucha y sus largos cabellos negros cayeron suavemente sobre su espalda. Miró a Eldarion con un profundo amor. Él se acercó a ella y la abrazó con dulzura.
-He cumplido mi promesa- le dijo ella.
-Es una hermosa canción, y tu voz hace que sea más bella aún.
Aldariel lo miró y lo besó dulcemente. Y desde ese momento todas las primaveras volvieron a encontrarse en ese mismo sitio. Pero nadie lo supo jamás, era un secreto que solo les pertenecía a ellos.

Eldarion gobernó Gondor después de la muerte de su padre y vivió muchos años, pero jamás se casó, Ëarwen tampoco tuvo hijos y todos creyeron que se había roto la línea de los reyes para siempre, hasta mucho tiempo después. El hijo de Anariel, Echtelion, ostentaba la senescalía, gobernó durante diez años y así pensaron que terminarían los días hasta que un hombre llegó a Minas Tirith. Traía con él la espada Anduril, su nombre era Arathorn y todos pensaron que era el hijo de la perdida Lúthien, de la que nunca más habían oído hablar, pero ella era la que mucho tiempo atrás se había ido con la espada. Nadie jamás supo que él también era hijo de Eldarion y fruto del amor de los dos hermanos.
Arathorn fue un rey noble y con él se inició una nueva era de abundancia y prosperidad en Gondor.

5 Comments:

  • At 10:47 AM, Anonymous Anonymous said…

    Cual es el significado de Aldariel, o cual es el origen de este nombre

     
  • At 8:31 AM, Blogger Helcawen said…

    Aldariel significa "hija de los árboles" en quenya (élfico). Fijate en los primeros post de la historia que está mejor esplicado ^^

    Aldariel fue criada por los Ents en su infancia y de ahí el significado de su nombre en esta historia.

     
  • At 10:09 AM, Anonymous Anonymous said…

    eXplicado

     
  • At 7:03 PM, Blogger Inôthrain said…

    Querida Helcawen, hoy me encontre un poco distraido y me puse a vagar por la red y una de las preguntas que llego a mi mente y a la que quise encontrarle una respuesta fue ¿Que elfos se quedaron en la Tierra Media? y por azares del destino me tope con este blog, el cual me parecio muy interesante aunque en algunas cosas carescan de sentido pero es realmente buena la historia, te mantiene entretenido y absorbe el interes de la persona...lo unico que me hubiera gustado que estuviera es que los ents encontraran a las mujeres-ents =( pero en fin no se puede tener todo...jajaja

    Y tu deseo de que algun dia alguien encontrara esta pagina despues de tu posteo se hace realidad...

    Se despide de ti un Arquitecto enano (lo de enano es por mi gusto y admiracion a esa raza, tambien por eso el nombre de Inôthrain) que deseaba tener mas del SDLA gracias!!!

     
  • At 7:38 AM, Blogger Helcawen said…

    Hola Inothrain!!
    Muchas gracias por tus comentarios, realmente me hace muy feliz que alguien más haya leído mi historia ^^

    Saluditos!

     

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